miércoles, agosto 13, 2008

¿Qué es la violencia de género?


1. Qué es la violencia por razones de género?
¿Por qué utilizamos el término violencia por razones de género, en vez de "violencia hacia la mujer y los niños", "violencia hacia la pareja", violencia doméstica", o hasta "violencia sexual"?
El género es lo que nos ayuda a conceptualizar la violencia en términos más amplios - y comprender el género es de vital importancia para desarrollar estrategias de transformación personal y social para eliminar la violencia y para lograr innumerables metas del desarrollo relacionadas con este tema. La violencia por razones de género incluye todas estas otras descripciones de violencia, pero están enmarcada en términos más amplios en el entendido que las causas y soluciones a la violencia son a la vez personales, políticas y estructurales.

2. Cómo se da a nivel nacional e internacional
La violencia por razones de género adquiere muchas formas - física, sexual, psicológica, libertades restringidas, coerción y amenazas - que se producen tanto en el ámbito público como privado. Los hombres, las mujeres y los niños, todos son víctimas de esta "forma de género" de la violencia. A pesar de ello, la violencia por razones de género es predominantemente violencia del hombre o violencias de los hombres.
Es violencia del hombre contra la mujer y los niños, contra otros hombres y contra sí mismo. Es conflicto bélico, es violencia conyugal, es intimidación, son las palizas a los homosexuales, es abuso infantil y es violación. Y es más.
Los hombres son principalmente quienes usan la violencia, y los hombres, sobre todo los más jóvenes, son generalmente los más implicados en otros tipos de violencia, tanto como víctimas como practicantes de la violencia.
La violencia por razones de género se distingue de otros tipos de violencia en cuanto a que están enraizada en comportamientos prescritos, en normas y actitudes basadas en el género y la sexualidad.
En otras palabras, está enraizada en discurso de género sobre masculinidad y femeneidad (normas y definiciones prescritas de lo que significa ser un hombre o una mujer) - y en el lugar que ocupan los hombres y las mujeres con relación a sí mismos y a otros grupos de mujeres y hombres. Estos discursos de género permiten o animan un comportamiento violento dentro de un contexto de privilegio asumido y poder jerárquico para ciertos grupos de hombres.
La violencia sobre la base de género es una articulación de, o una coacción de, jerarquías de poder y desigualdades estructurales nutridas por sistemas de creencias, normas culturales y procesos de socialización.
En resumidas cuentas, la violencia por razones de género tiene sus raíces en la parte estructural y personal. Se centra en el patriarcado - un sistema que coloca al hombre sobre la mujer (y sobre otros hombres) e instila un sentido de derecho y privilegio en muchos hombres. El patriarcado también institucionaliza los contextos sociales, culturales y legales que permiten la violencia sobre la base del género.
Pero, la violencia por razones de género también se basa en las presiones, miedos y emociones reprimidas que subyacen la "masculinidad hegemónica" o muchas de las formas de dominio masculino aceptadas en muchas culturas del mundo. A esto hay que añadir la experiencia personal sobre violencia que tienen los individuos - siendo alimentados en una cultura de violencia - y aprendiendo y experimentando la violencia en el ambiente que les rodea - la familia, los medios de comunicación o la comunidad.
El alcance y los efectos de la violencia por razones de género son profundos. La violencia por razones de género es una plaga en todas las sociedades de todas las regiones del mundo. Ningún grupo, sin tener en cuenta su cultura, clase o situación, es inmune a su devastación. Insidiosamente incapacita a las familias y las alianzas, y a la capacidad de muchas a relacionarse entre sí o con otros mediante el amor, la compasión o el respeto. La violencia extiende el miedo y el odio a uno mismo como un virus - un virus que consume los derechos básicos tanto de los adultos como de los niños. En un sentido muy amplio, la violencia por razones de género restringe los logros del desarrollo, la paz y la libertad.

3. Viendo al hombre como parte de la solución
¿Por qué debemos trabajar con el hombre para eliminar la violencia por razones de género? Para empezar, el hombre ocupa un lugar céntrico en todos los actos de violencia, y la violencia es parte céntrica de los que significa ser hombre en muchas culturas. Además, la mayoría de los líderes políticos, culturales y sociales del mundo - aquellos que ocupan un mejor lugar para poder influenciar el cambio - también, son hombres.
Cuando imaginamos dejar a los protagonistas claves y las poderosos fuera de la estrategia general para prevenir la violencia, nos damos cuenta de que trabajar con el hombre es un elemento esencial para la prevención efectiva. Lo que es más, como estamos hablando de violencia de género, tenemos que recordar que el género es un elemento importante en la vida de todos nosotros/as, de todos los hombres y mujeres del mundo.
El hombre es un ser de género también, y los hombres disfrutan de los privilegios y las consecuencias de las políticas de género en las que viven. Finalmente, trabajar en pos de una alianza más fuerte - entre hombres y mujeres, y los diferentes actores que trabajan para eliminar la violencia - se cosechará como beneficios marginales una mejor calidad de vida y unas mejores relaciones para los hombres, las mujeres, los niños y las comunidades, y será el ímpetu para innumerables ganancias adicionales del desarrollo.
Al reconocer que la violencia por razones de género está relacionada con el desarrollo de la masculinidad (por ejemplo, la forma en la que un grupo define "lo que significa ser hombre") y que estos están informados por sistemas de creencias, normas culturales y procesos de socialización - hemos ayudado a identificar y reforzar los puntos de entrada de varias iniciativas para la prevención de la violencia a nivel mundial que intentan trabajar con hombres y jóvenes como socios.
Al prestar atención a las responsabilidades de los hombres, vamos más allá de ver al hombre como parte del problema simplemente, y empezamos a verlo como parte de la solución al implicarlos directamente en las estrategias de prevención e intervención. Sin comprometer al hombre como socio, sin permitir que tanto el hombre como la mujer comprendan su función y responsabilidad en la eliminación de la violencia - estaríamos intentar solucionar un problema multidimensional desde una perspectiva muy limitada.

4. ¿Qué se está haciendo para eliminar la violencia por razones de género?
En respuesta a la epidemia de violencia por razones de género, se han puesto en marcha una amplia gama de iniciativas, programas y políticas durante las últimas décadas para ayudar a prevenir la violencia. Estos incluyen:
Convenciones y campañas internacionales
Políticas naciones de prevención e igualdad
Defensa y medios de comunicación
Políticas organizativas
Organizaciones de la sociedad civil orientadas hacia el género
Intervenciones a nivel local y comunitario
Activismos personal
Muchas de estas iniciativas de prevención, explícitamente reconocen la necesidad de trabar con hombres y jóvenes como socios para animar al cambio social en pos de un mundo menos violento.
5. Hoja de Datos Sobre el Asilo por Razones de Género
La Convención de Ginebra de 1951 sobre el estatus de los Refugiados (Convención de 1951) y el Acta de Inmigración y Nacionalidad de EE.UU. define al refugiado como una persona "afuera de su país de nacionalidad que no puede o no quiere regresar debido a la persecución o temores bien fundados de persecución por razones de raza, religión, nacionalidad, membresía en un grupo social particular, o por creencias políticas."
El "género" no está definido como categoría, pero las mujeres que sufren violencia de género pueden ser incluídas en cualquiera de cinco categorías y frecuentemente califican como grupo social. Las Directrices para la Protección de Mujeres Refugiadas promueven "el principio que mujeres que temen persecución o discriminación severa por razones de género deben ser consideradas miembros de un grupo social para determinar su status de refugiadas." Mujeres que sufren violencia de género también pueden ser incluídas en las categorías políticas o religiosas.

6. Ejemplos de violencia por razones de género: ( * )
Con mucha frecuencia las mujeres sufren daños que son específicos a su género, tales como la mutilación genital femenina o el aborto forzado, o que son cometidos contra las mujeres en mayor frecuencia que contra los hombres, por ejemplo los ultrajes o la violencia doméstica.
Las mujeres también sufren efectos dañinos únicamente por ser mujeres, esto es, por motivos de género, tales como las políticas del Talibán en Afganistán.
Frecuentemente, las mujeres sufren daños a manos de individuos privados, por ejemplo a manos de familiares que las amenazan con asesinatos de honor o cónyuges que las golpean.
( * ) Es importante señalar que los organismos internacionales de derechos humanos establecen que las formas de violencia de género mencionadas arriba constituyen violaciones de derechos humanos.
La Convención de la ONU para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación Contra las Mujeres (CEDAW) declara que "la discriminación contra las mujeres es cualquier distinción, exclusión o restricción hechas por razones de género que afectan o tratan de neutralizar o dañar el respeto, disfrute o ejercicio por parte de las mujeres, sin importar su status marital, de la igualdad de género, sus derechos humanos y libertades fundamentales en los campos políticos, económicos, sociales, culturales u otros."
La Declaración de la ONU para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres declara que "la violencia contra las mujeres incluye cualquier acto de violencia de género que resulta, o puede resultar, en el sufrimiento o daños físicos, sexuales o psicológicos de la mujer, e incluye las amenazas de tales actos, la coerción y privación arbitraria de la libertad, sin importar si ocurren en la vida privada o pública."
(Fuente: Amnistía Internacional, 600 Pennsylvania Avenue SE, Washington, D.C. 2003).
La violencia por motivos de género – en diversas formas, inclusive la violación, la violencia doméstica, los asesinatos "para restaurar la honra" y la trata de mujeres – se cobra un enorme precio en cuanto a la salud mental y física. Cada vez se reconoce más que la violencia por motivos de género es una importante cuestión de salud pública y una grave conculcación de derechos humanos básicos.
En todo el mundo, al menos una de cada tres mujeres ha sido apaleada, obligada a entablar relaciones sexuales bajo coacción o maltratada de alguna otra manera, muy frecuentemente por alguien que ella conoce, inclusive su esposo u otro varón miembro de su familia; una de cada cuatro mujeres ha sido objeto de sevicias durante el embarazo.
Millones de mujeres necesitan atención médica o sufren de otra manera los efectos de la violencia por motivos de género; el temor a la violencia coarta el intercambio de ideas y constriñe las opciones en materia de salud y las oportunidades en la vida de muchos otros millones de mujeres.
Casi siempre, los malos tratos físicos van acompañados de malos tratos psicológicos.
Además, entre un tercio y la mitad de todos los casos entrañan abuso sexual. Una gran proporción de las mujeres que son objeto de sevicias están sujetas a reiterados actos de violencia4.
La violencia contra la mujer constituye una conculcación generalizada, aun cuando no suficientemente reconocida, de sus derechos humanos. En consecuencia, en 1993 la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, celebrada en Viena, y en 1995 la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing, dieron prioridad a este problema.

7. Modalidades de la violencia de género
La violencia que padecen las mujeres comprende cuatro modalidades, que van desde la agresión física, con resultado de muerte en multitud de ocasiones, la violencia sexual, la psicológica y la económica.
Los datos estadísticos revelan que entre un 35% y un 40% de mujeres que viven emparejadas sufren malos tratos físicos o psíquicos por parte del hombre, lo que permite afirmar que miles de mujeres están bajo amenaza de muerte.
Entrevista con Monserrat Boix, Fundadora de Red de Mujeres
La violencia de género ha tenido y tiene lugar en todas las culturas actuales y en todas las escalas sociales. Y está directamente asociada a las relaciones asimétricas de poder entre mujeres y hombres que determinan en última instancia, la posición de subordinación y vulnerabilidad de las mujeres independientemente de su situación socioeconómica.
Las mujeres seguimos siendo ciudadanas de segunda clase, en el ámbito social, económico, religioso y político; seguimos encabezando los porcentajes de pobreza, menor salario, precariedad laboral y bolsas de paro. Nuestra presencia en la vida pública, en los puestos de responsabilidad sigue siendo minoritaria. Mientras en el ámbito privado, el trabajo de la mujer en el hogar es invisible e infravalorado.
Se trata de un problema de salud pública debido al tremendo impacto negativo que ejerce sobre la salud, la morbilidad y la mortalidad de las mujeres y niñas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) constituye un atentado contra el derecho a la vida, a la seguridad, a la libertad, a la dignidad y a la integridad física y psíquica de la víctima y todo ello supone, por lo tanto, un obstáculo para el desarrollo de una sociedad democrática.
Las Naciones Unidas consideran que la violencia en contra de las mujeres es un obstáculo para el desarrollo por sus consecuencias sobre las economías de los países. Al mismo tiempo tiene efectos sociales y culturales. De acuerdo con el concepto de desarrollo humano de las Naciones Unidas, la violencia contra las mujeres afecta su bienestar, su seguridad, sus posibilidades de educación y de desarrollo personal.
Tomando como ejemplo el panorama español, según el trabajo realizado por el grupo de la Universidad de Alicante utilizando los datos de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas (1998-2001) y las denuncias por violencia por el compañero íntimo, del Ministerio del Interior (1997-2000), sólo en 1997, se practicaron 18.872 denuncias solamente por agresiones físicas, lo que significa apenas un 5% de la violencia real, toda vez que la mayoría de los abusos no se denuncian a la policía, principalmente porque no existen instrumentos jurídicos, sociales y económicos adecuados que protejan a las víctimas, lo que hace que la violencia contra las mujeres siga siendo en gran parte un delito invisible. 75 mujeres, según datos del Ministerio del Interior, han muerto a manos de sus maridos o compañeros, 3 de las cuales fueron inmoladas por el fuego; 350 mujeres sufrieron lesiones de consideración, que van desde el apuñalamiento, fractura de huesos (rotura del tabique de la nariz, rotura de miembros); otras lesiones de consideración son la pérdida de audición por rotura del tímpano y la pérdida de visión parcial o total de uno de los ojos; en un porcentaje, no cuantificado hasta el momento, habían sufrido violación. Y todo ello con el agravante de que la mayoría de los ataques por el agresor, letales o no, se efectuaron en presencia de sus hijos, creando a menudo un ciclo de violencia que se perpetúa de generación en generación.
Tampoco debemos olvidar que la mortalidad de mujeres por esta causa, supone diez veces más que el número de víctimas que se cobra el terrorismo político, y la sociedad no ha reaccionado.

8. La violencia está infradiagnosticada, infradeclarada e infradocumentada.

La prevención de la violencia es una prioridad que exige un conocimiento exhaustivo de su magnitud, y por lo tanto es necesario disponer de sistemas de información fiables y de generación de conocimiento mediante la investigación, que orienten las necesarias políticas para luchar contra ella.
Se deberían plantear políticas intersectoriales que implicaran a justicia, servicios sociales, sanidad y policía, al menos, y que abordaran seriamente el problema.
Precisamente la campaña convocada por las agencias de las Naciones Unidas por los derechos humanos de las mujeres y las niñas, apunta a esa dirección, ya que está destinada a promover y hacer conciencia en todos los sectores de la sociedad sobre los costos económicos, sociales y culturales de la violencia de género.

Para mayor información consulta la fuente.

viernes, marzo 07, 2008

Nada que festejar

El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) dio a conocer su “Encuesta nacional de la dinámica de las relaciones en los hogares” con la conferencia “Mujeres Violentadas en México”, en el marco de la XXIX Feria Internacional de Libro del Palacio de Minería.

Myriam Ortiz, representante de INEGI, mencionó que son las mujeres que habitan en zonas urbanas las que presentan un mayor número de casos de violencia hacia ellas en contraste con las mujeres que habitan en zonas rurales.

Este hecho es atribuible al bajo nivel educativo predominante en las áreas rurales del país. Como explicó Ortiz, “la educación sirve para, en primer lugar, reconocer su estado de mujer violentada, en segundo para actuar y hacer que esta violencia no trascienda a otros ámbitos e incluso para erradicarla”.

El universo de esta encuesta fue de 35 millones de mexicanas, las cuales tiene o han tenido pareja. De esta cifra , poco más de 21 millones declararon haber sido objeto de violencia de cualquier tipo económico, emocional o física.

Las entidades donde mayores índices de violencia se presenta es Estado de México, Distrito Federal, Veracruz, Jalisco, Puebla y Guanajuato.

De acuerdo a la estadística el 40 por ciento de las encuestadas declaró haber sufrido
violencia de carácter económico (no permitirle trabajar, controlar sus gastos o pelear por los mismos), el 30 por ciento violencia emocional, el 17 por ciento de agresiones de tipo sexual y el 13 aceptó haber sufrido vejaciones de manera física.

En materia de acoso sexual y discriminación de género, los lugares donde mayor índice de casos se reportan es la escuela o el trabajo. En este rubro el Distrito Federal presenta el mayor número de denuncias, seguido del estado de México, Jalisco, Aguascalientes y Nuevo León.

Lo relativo a la violencia sufrida en el ámbito privado indica que la mayor cantidad de agresiones proviene del cónyuge, familiares o amigos. El acto violento más reportado es empujar o jalar el cabello con un 51.1 por ciento, le sigue golpear con la mano o algún objeto, 22 por ciento y haber sido pateadas con el 17.3 por ciento.
Fuente: NotieSe

Como verán, nada que festejar este 8 de marzo.
Aprovecho para felicitar a Elsa por el segundo aniversario de su blog Mujeres.Net. Sigue adelante amiga.

jueves, febrero 14, 2008

Premio Blog Amistad




Este premio se lo entrego a 3 de los blogs amigos más queridos:

1.- Mis Cuarenta

2.- Feministas Anónimas

3.- Mujeres.Net

miércoles, febrero 13, 2008

sábado, enero 05, 2008

Carta a los Reyes

Por favor queridos Reyes, les quiero pedir para este 2008:

1.-¡NO MAS VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES!
2.-NO MAS FEMINICIDIOS
3.-NO MAS VIOLENCIA FAMILIAR
4.-NO MAS VIOLENCIA SIMBOLICA
5.-NO MAS VIOLENCIA ECONOMICA
6.-NO MAS VIOLENCIA SEXUAL
7.-NO MAS VIOLENCIA PSICOLOGICA
8.-NO MAS VIOLENCIA FISICA
9.-¡UN MUNDO SOLIDARIO Y DE PAZ!

viernes, agosto 31, 2007

El aborto en México, quinta causa de muerte materna: OMS


El 60 por ciento de dichos decesos ocurrieron en seis entidades; en primer lugar está el Distrito Federal con el 14 por ciento, seguido por el Estado de México (13 por ciento), Veracruz (10 por ciento), Chiapas (8 por ciento), Puebla (7 por ciento) y Guerrero (6 por ciento).

México.– La Organización Mundial de la Salud informó que cada año, en todo el planeta, se interrumpen 45 millones de embarazos, de los cuales 18 millones se realizan en condiciones inseguras, lo que provoca la muerte de 68 mil mujeres, que bien podrían ser evitadas.

En los últimos tres lustros, en nuestro país, mil 537 defunciones se debieron a complicaciones por abortos realizados de forma ilegal, que coloca a esta práctica como la quinta causa de muerte materna.

El 60 por ciento de dichos decesos ocurrieron en seis entidades; en primer lugar está el Distrito Federal con el 14 por ciento, seguido por el Estado de México (13 por ciento), Veracruz (10 por ciento), Chiapas (8 por ciento), Puebla (7 por ciento) y Guerrero (6 por ciento).

Por ello, la Comisión de Equidad y Género, que preside la diputada Maricela Contreras Julián (PRD), organizó el Taller de Sensibilización Sobre Salud Sexual y Reproductiva, con el propósito de conocer la opinión de especialistas en la materia que deriven en la creación de políticas públicas acordes a las necesidades de la sociedad.

En su oportunidad, Pilar Muriedas Juárez, representante de la Coalición por la Salud de las Mujeres, destacó que el primer paso hacia una verdadera igualdad de género sólo podrá darse cuando se reconozca la existencia de esta problemática.

Exhortó al Congreso a revertir tal situación a través de políticas públicas correctas y pidió que se dirijan recursos presupuestales a programas específicos encaminados a combatir la desigualdad de género.

La Directora de Operaciones de la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar, Ofelia Aguilar, propuso impulsar una nueva cultura de la salud sexual, con base en el respeto a las garantías individuales.

Gabriela Rodríguez Ramírez, presidenta de Afluentes S.C., subrayó que la mayoría de las encuestas realizadas en México coinciden en señalar que la información más completa que reciben los jóvenes sobre sexualidad se da en la escuela.

“El 34 por ciento de los consultados dijeron que las pláticas más constructivas sobre estos temas fueron en las aulas, mientras que el 25 por ciento afirmó que sus padres los orientaron”, acotó.

Fuente: http://www.milenio.com/index.php/2007/08/25/111729/

sábado, agosto 11, 2007

Violencia y Migración


Según el último informe de Naciones Unidas sobre ese problema, "no hay una región en el mundo, ni tampoco un país o una cultura en la que estén asegurados los derechos de las mujeres frente a la violencia".

"La violencia contra las mujeres se ha convertido en una preocupación trasnacional de derechos humanos, en un problema sin pasaportes que va más allá de las fronteras nacionales y que forma parte de los patrones globales sobre la migración", afirman en su declaración.

Según datos de la ONU la mitad de los 200 millones de migrantes que hay en el mundo son mujeres, que han decidido dejar sus países para trabajar, reunificar sus familias y buscar un futuro mejor.

Para Arbour y los relatores muchas mujeres se ven obligadas a abandonar sus países como resultado de la desigualdad y la pobreza, y ven en la migración una manera de prosperar, aunque subrayan que "por desgracia, a menudo diversas violaciones de derechos humanos, como ocurre con el tráfico de mujeres o las diferentes formas de explotación, transcurren en paralelo a la migración".

Maltrato tradicional

También denunciaron otras formas de violencia contra las mujeres como las consideradas "locales y supuestamente tradicionales", que las fuerzan a contraer matrimonio o a la mutilación genital, y que también "están globalizadas y siguen a sus potenciales víctimas" fuera de sus países.

Consideran que esas violaciones de los derechos humanos "no son consecuencias inevitables de la migración femenina" y piden a los Gobiernos de todos los países que refuercen la protección de las mujeres migrantes, así como que les faciliten la migración legal si deciden ese camino.

Los tres expertos denuncian que en algunos países las trabajadoras migrantes se ven sometidas a exámenes periódicos para determinar si están embarazadas y a la expulsión de las que deciden no abortar.
Fuente:www.20minutos.es/.../0/mujeres/dia/maltrato